LA CASA DEL COLONO

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OTURA

Otura es un municipio situado en la vega de Granada. Su denominación tiene sus orígenes en el término árabe altura. A tan solo 8 Km. de Granada se encuentra situado en un promontorio desde el cual se divisa la ciudad, La Alhambra y toda la Vega de Granada; a su vez, este paisaje está flanqueado por Sierra Nevada y Sierra Elvira, lo que hace inolvidable cualquier paseo por este entorno.

En los alrededores de Otura se conservan la red de acequias con la que los árabes canalizaron en esta comarca el agua que procedente de Sierra Nevada llega al pueblo por la vertiente del río Dilar. Los principales cultivos de riego son el tabaco, la cebolla, el maíz y el olivar, mientras que en secano lo son el trigo la cebada y el almendro. No obstante son numerosas las huertas de riego ricas en frutas y hortalizas variadas.

La historia de Otura ha estado siempre ligada a la de Granada. Está ubicada geográficamente en el espacio conocido como La Campana granadina, término que antiguamente aludía a las tierras jurisdiccionales de una parroquia; posteriormente, con una visión más romántica se aludió a que el término hacía referencia al entorno de Granada donde se oía el tañido de la campana de la Torre de la Vela, en alusión a la cercanía de la ciudad.

Desde sus orígenes la acequia principal de Otura ha servido de referencia para establecer el límite entre las tierras de labor y el casco urbano, el cual se dividía en dos partes el barrio Bajo y el barrio Alto, estructura que es habitual entre los municipios de origen musulmán. En el barrio Alto ocupa un lugar destacado la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Paz, de estilo mudéjar (s. XVI).

La población censada es de 4.603 habitantes.

EL PUERTO DEL SUSPIRO DEL MORO

Las crónicas más antiguas del Reino de Granada hacen referencia a un lugar denominado “Yaur Al-Wada”, que en traducción literal significa la Dureza de las Despedidas y que actualmente conocemos como El Puerto del Suspiro del Moro.

Efectivamente era costumbre entre el pueblo árabe enviar a sus súbditos más aventajados e estudiar y cultivarse en Oriente, siendo obligado el paso por los alrededores de Otura para desde ahí iniciar el descenso hasta Motril, desde cuyo puerto se iniciaba el viaje por mar. Fuese este el motivo de la partida o cualquier otro como peregrinar a la meca o ir al destierro, nos recuerdan estas crónicas que los viajeros en este punto se despedían de las dos ciudades (La Alhambre y Granada) por ser este el último alto desde el que se divisan.

Cuenta la leyenda que:

“Al llegar a aquella elevación, Boabdil refrenó su caballo y se detuvo embebecido mirando con emoción tristísima la ciudad de las hermosas torres, y centro en otro tiempo de su grandeza. El monarca infeliz alivió la amargura que rebosaba en su pecho derramando algunas lágrimas; y exclamando: Allah Akbar¡ (¡ Oh gran Dios¡), picó los ijares de su caballo y dió con hondos suspiros los últimos adioses a Granada.

Se dice que Aixa, su magnánima madre, advirtió la debilidad del hijo y le reprendió diciendo: Haces bien en llorar como mujer lo que no has tenido valor para defender como hombre”.

(La Alpujarra. Pedro Antonio de Alarcón. 1.874).