Concurso para la Rehabilitación y Reforma del Paseo del Salón
Año: 2004
Promotor: Ayuntamiento de Granada
Situación: Granada
Equipo:
- Antonio Cayuelas Porras, arquitecto
- Javier Ros López, arquitecto
- Jaime Baleyron Ferrer, botánico
- Mercedes Pérez Villalón, ambientóloga
- Daniel Cano Expósito,
- Ornelia Mesa Rodríguez,
- María Domínguez Márquez,
- José Ángel Castro Vera,
- Nathanael López Pérez,
estudiantes de arquitectura
Recuperar el uso de un paisaje fragmentado es el objeto del presente proyecto; fragmentado por barreras físicas, incluso psicológicas, la percepción de un espacio inhóspito, carente de funcionalidad y relegado a lugar de tránsito. La presencia de un espacio público con enormes potencialidades en el centro de la ciudad abre un abanico de posibilidades a su “habilitación”, aunque más bien se debería hablar de “rehabilitación” en cuanto a uso y aprovechamiento; rehabilitación en el sentido de recuperar un papel en la vida social granadina que ha poseído desde el siglo XVI.
Se propone unir Paseo del Salón, la Bomba y los Jardincillos (segregados actualmente en espacio y uso por la vía en la que se sitúan las paradas de autobuses y la rotonda frente al kiosco de las Titas) y conectar el conjunto con la Carrera de la Virgen. Este criterio de unidad se exporta al margen izquierdo del río, donde se enlazan Violón, Basilios y paseo de la Fuente de la Bicha. Por otro lado, se actúa sobre el eje vertebrador del lugar -el río Genil- al considerar que cualquier planteamiento ajeno a éste “fragmenta” nuevamente el paisaje.
Se crearán recorridos longitudinales y transversales al mismo tiempo que se dotan de zonas recreativas para usos alternativos. Se entiende este nuevo espacio público como un plano soporte de múltiples actividades. Paseo, descanso, ejercicio, juego, estudio son posibilidades de este plano flexible y cambiante. El movimiento se transforma. Se dota de dinamismo a los itinerarios, hoy, en cierto modo, pasivos y relegados a la economía de medios y energía del “nómada” urbano. En definitiva, se “rehabilita” la funcionalidad que poseía en etapas anteriores y se habilita para nuevos usos; se recupera un sitio para estar, para habitar, para construir y reforzar relaciones.